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Karu Rivera: la historia detrás del éxito

Actualizado: 17 may 2023

La bailarina valenciana que ha conseguido romper los cánones estéticos del mundo de la danza


Nerea Ariza y Andrea Soriano. València.




Con tan solo cinco años Karu Rivera comenzó la aventura, que años después, la convertiría en una de las mejores bailarinas del país. A pesar de su naturalidad innata para el baile, la bailarina afirmó: “A mi me gustaba bailar, pero no me gustaba ser dirigida”.


Aunque comenzó con bailes tradicionales como ballet o bailes de salón en la escuela de su pueblo, Ibi (Alicante), de forma autodidacta descubrió lo que era “el Hip Hop de verdad”, a través de vídeos de Internet aprendió lo que en un futuro sería su pasión.

“Ese año yo solo salí de fiesta a bailar”, confesó la bailarina, pero eso fue lo que finalmente le hizo ganar contactos en el mundo del baile para comenzar a dar clases en Valencia.


Karu Rivera en Home Dance Studio, València. Nerea Ariza


En un mundo liderado por mujeres como es el de la danza, los hombres siguen acaparando los puestos de liderazgo. La bailarina afirmó: “Los trabajos de coreógrafo o papeles más importantes dentro de la danza lo tienen hombres”. Es curioso como en oficios en los que las mujeres escasean no se les da el valor y reconocimiento que se le da a los hombres cuando viven la misma situación.


”Los carteles que sacaba eran todo hombres” hizo referencia Karu a una situación que vivió en el pasado con un organizador de un evento. Las mujeres también son minoría como docentes en los eventos o workshops, de nuevo, no por falta de mujeres bailarinas, si no por la costumbre de ensalzar el trabajo de un hombre en un mundo claramente compuesto por mujeres.


A pesar de su pasión por enseñar y coreografiar a sus alumnos, Karu Rivera también ha bailado para artistas como Nathy Peluso, Mahmood o Lola Índigo.

“Siguen habiendo cánones estéticos”, afirmó la bailarina, y es que a la hora de trabajar con un artista, un bailarín no puede destacar por encima del artista, por lo que muchas mujeres bailarinas de complexión diferente tienen más dificultad a la hora de encontrar trabajos como este.


“Si yo tuviera un cuerpo normativo hubiese trabajado más” confesó la bailarina. Aunque desde hace muy poco las cosas están empezando a cambiar, siguen existiendo puestos de trabajo como tours con artistas españoles en los que todavía no vemos bailarinas diversas.


“Yo me he tenido que poner mi ropa”, confesó Karu, que a la hora de trabajar con estilistas nunca ha podido elegir entre la variedad que se les ofrece a bailarinas que pertenecen a ese canon estético, hasta llegar al punto de tener que utilizar ropa que ya traía ella de casa.



Karu en Home Dance Studio, València. Nerea Ariza


“Vuélvete crazy” anima Karu a sus alumnas. Parte de la gracia de bailar es dejarte llevar y sentirte libre. Vivimos rodeadas de mujeres con talento, que por timidez o inseguridad no consiguen llegar al puesto de un hombre.

“Debemos cambiar las cosas nosotras de raíz”, dijo la coreógrafa. La sociedad acepta más ser dirigida por un hombre que por una mujer, es un pensamiento inculcado desde que nacemos, y que si queremos cambiar debemos actuar ya.






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